
Estrategias de abrigo
Más que una estrategia de salud, es una forma de humanizar la medicina y la atención al usuario.
El “Método abrigo” está formado por 7 “fibras”, un conjunto de 7 estrategias que tienen como finalidad el brindar al niño y su familia herramientas para modular el dolor y la ansiedad frente al procedimiento invasivo. Este método puede ser aplicado en diversos escenarios: emergencia, centro de inmunización, sala de extracción, domicilio, siempre teniendo en cuenta la situación clínica del paciente.
1 – Ambiente y Posicionamiento
Esta estrategia busca que el niño perciba su entorno como un lugar de seguridad y confianza, disminuyendo así la ansiedad previa al procedimiento. Se invita a que sea el niño quien elija la mejor posición para recibir el procedimiento, estimulando el regazo de su madre/padre, evitando así la sujeción muchas veces innecesaria.

En los lactantes: a pecho materno.
En pre escolares: en la falda de sus padres o en la posición que ellos elijan.
En escolares y adolescentes: darle la posibilidad que elijan la mejor posición para ellos.
Poder brindar un ambiente acogedor:
- Temperatura agradable.
- Sonidos del ambiente ( ver “sentidos”).
- Colores y texturas: posibilidad de decorar el lugar con vinílicos, juguetes, globos.
- En lo posible que existan la menor cantidad de técnicos posibles a la hora de realizar el procedimiento a fin de que el paciente se sienta seguro.
2. «Tetanalgesia»
No hay lugar de mayor protección y abrigo para el lactante que el pecho materno.
Existe vasta evidencia científica que demuestra que la lactancia materna disminuye la percepción del dolor durante los procedimientos invasivos, disminuye el tiempo de llanto posterior al procedimiento, estimula la liberación de opioides endógenos lo que contribuye a una menor percepción del dolor.
No sólo se estimula a la madre a que prenda su bebé al pecho, sino que se la invita a que le hable, le cante, le acaricie, estimulando todos sus sentidos:
- El olfato: el aroma a su madre.
- Visual: poder ver a su madre, quien le brinda seguridad.
- Audición: la voz de su madre.
- El tacto: piel con piel, caricias.
- Gusto: succión, estímulo placentero para el lactante.

Estimular la lactancia materna durante el procedimiento invasivo ayuda a que el procedimiento sea más rápido ya que el lactante “colabora” y la madre se siente capaz de poder ayudar a su bebé a percibir menos dolor.
En caso que el bebé no reciba pecho materno o quien lleve a inmunizar al bebé sea el padre, se invita a que reciba leche de biberón, estimulando el resto de los sentidos que hablamos anteriormente, brindándole protección y confort durante el procedimiento.
3. Sentidos
El niño percibe el mundo a través de los sentidos.
Existen distintas estrategias que buscan “estimular” los distintos sentidos a fin de poder hacer de la experiencia algo “diferente”, una experiencia multisensorial.

- Sucrosa: disminuye el dolor y el llanto durante el procedimiento invasivo en pacientes desde recién nacidos hasta el año de edad
- Estimula la producción de opioides endógenos.
- Se administra 2 minutos previos al procedimiento y tiene una duración de 4 minutos.
- Vibración: Buzz (estímulo vibratorio que se coloca en el sector proximal a donde el paciente va a recibir el procedimiento).
- Temperatura: Con una compresa de frío, se utiliza el mismo como analgésico a la vez que ayuda a “neutralizar” la señal de dolor.
- Sonidos: la música como forma de incorporar un estímulo agradable que invita al paciente a una experiencia sensorial agradable.
4. Analgésicos Tópicos
Única estrategia farmacológica que forma parte de este método.
La aplicación de lidocaína al 4%, o XILOPLUS ( Lidocaína al 2% + Prilocaína al 2,5%) en el sitio de punción 30 minutos previos al procedimiento ha demostrado ser una estrategia muy eficaz para la disminución del dolor durante el procedimiento invasivo.
La aplicación del producto debe ser al menos 30 minutos previos para permitir una buena absorción del mismo y por lo tanto que pueda ser efectiva.
A su vez, una vez colocado el producto el mismo debe ser envuelto con un parche o papel film para favorecer la absorción del mismo y evitar que se pierda por el roce o contacto con otras superficies. La asepsia de la zona no afecta la efectividad del producto si se aplica media hora antes del procedimiento.
5. Distracción
Nuestra mente funciona como una gran lupa, donde todo lo que focaliza, lo amplifica. Brindarle al paciente la posibilidad de distraerse le ayuda a no mantener la atención y “foco” en el procedimiento y de esa manera disminuye la ansiedad anticipatoria lo que colabora a una disminución en la percepción del dolor.

Se utilizarán diversas técnicas de distracción de acuerdo a la edad.
- Molinetes, burbujas: Tiene como finalidad que el paciente se “distraiga” al observar las burbujas flotar, o al maravillarse cuando el molinete gira al soplarlo. A su vez, se puede estimular al paciente a realizar respiración diafragmática (abdominal), lo que activa el sistema parasimpático y por lo tanto se reduce la ansiedad anticipatoria. Esta respiración se logra al invitar al paciente a que “sople” las burbujas o un molinete.
- Dispositivos electrónicos: Utilizar tablets, celulares a fin de que el paciente ponga su atención en los mismos y no en el procedimiento.
- Libros, imágenes, fotos.
6. Comunicación
Es fundamental a la hora de comunicarnos con los pacientes y su familia, contar con las habilidades “comunicacionales” para hacerlo de una manera efectiva.
Saber que existen palabras que debemos evitar como la palabra “dolor”, el decir: “Esto no te va a doler” o “quédate quieto” inducen un estado de alarma y alerta.
Sustituir estas palabras por “molestia” o “este procedimiento puede que te moleste muy poco” generan un impacto positivo y ayudan a disminuir la ansiedad frente al procedimiento.
A la vez es necesario conocer y entrenarse en palabras que sí podemos utilizar: “te vas a sorprender lo poco que te va a molestar”, “ lo estás haciendo excelente”.

Contar con habilidades comunicacionales específicas permite que se establezca un vínculo de confianza y seguridad entre el paciente, su familia y el equipo asistencial.
7. Hipnosis
Definimos hipnosis como un estado de focalización o concentración máxima, donde se disminuye la conciencia periférica y por lo tanto los estímulos del exterior los percibimos distinto.
La hipnosis ha demostrado ser muy efectiva en el tratamiento del dolor tanto agudo como crónico.
En esta oportunidad se brinda una técnica muy fácil de aplicar y de enseñar (puede ser aplicada por el técnico o incluso por la madre/padre del paciente), recomendada su utilización en pacientes entre 4-12 años, aunque es muy efectiva incluso en adultos.
El objetivo de esta técnica es disminuir la ansiedad anticipatoria y reducción en la percepción del dolor.
Se trata de una técnica de focalización dónde se invita al paciente a que visualice e imagine la colocación de un “ guante mágico” que lo protege y le permite disminuir la percepción de dolor frente al procedimiento.

En el año 2019 se realizó en el Servicio de hemoterapia del CHPR una investigación (aún no publicado) con pacientes que padecen hemofilia severa y que deben ser puncionados 2 a 3 veces por semana para recibir el factor de coagulación correspondiente. Resultados preliminares han demostrado que existe una diferencia estadísticamente significativa en cuanto a la percepción del dolor en los pacientes que se aplicó la técnica GM, comparado a los mismos pacientes sin la aplicación de dicha técnica.